5 motivos que hacen casi imposible cambiar tu “programa humano” (aunque ya sepas qué pasa).
Tu programa humano está diseñado para aferrarse a lo que conoce, incluso si no te funciona. Cuando hablo de “programa humano” me refiero a todo lo que aprendiste para sobrevivir, funcionar y sentirte seguro como: respuestas automáticas, historias viejas, creencias heredadas y hasta reacciones del cuerpo que ni te das cuenta que traes cargando.
Aquí te explico los cinco motivos reales por los que te cuesta tanto soltar lo que ya no te sirve:
1. Tu mente prioriza la seguridad por encima de la verdad. Tu mente no está buscando que seas feliz, solo que estés a salvo. Prefiere lo conocido, aunque sea disfuncional, porque se siente como paz, aunque sea falsa.
2. Tu programa está reforzado por años de repetición. Y no cambia porque te hayas dado cuenta, sino con técnica. Mira: tus patrones son como caminos adentro de tu cerebro que son más fáciles de transitar y mientras más los repites, más fuertes se vuelven. Cambiar implica crear nuevos caminos.
3. Estás identificado con tu historia. Y aquí está la parte más profunda: No solo repites un patrón, tú te conviertes en ese patrón. Por eso cuando tratas de cambiarlo se activan tus mecanismos internos de defensa porque creen que estás “perdiendo” una parte vital de ti.
“El ego se aferra, no porque sea malo, sino porque tiene miedo de desaparecer”.
4. Gran parte del programa humano habita en el cuerpo, no en la mente. Quiere decir que es inconsciente. En tu sistema nervioso viven tensiones, respuestas automáticas, micro activaciones, impulsos y emociones que se disparan solas. Son reacciones automáticas que no se pueden controlar, pero si se pueden sustituir (aquí está el secreto).
5. Cambiar implica duelo: soltar la versión de ti que ya no es Esto casi nadie te lo dice, pero para cambiar necesitas dejar morir parte de tu auto concepto. Y perder eso duele, pero ganas espacio.
Entonces ¿se puede cambiar el programa humano? La respuesta es sí. Con conciencia, entrenamiento y disciplina interna. No peleando contra ti mismo/a, sino comprendiéndote, para poder trascender la parte de tu auto concepto que es disfuncional.
No cambias con magia. Es trabajo.
Pero es trabajo que transforma tu vida de verdad.
Y cuando eso sucede, dejas de vivir reaccionando.
Y empiezas a vivir creando.
